Aunque te confieso que me cuesta centrarme quiero seguir —en la medida de lo posible— con algunas de mis rutinas. Así que aquí estoy escribiendo sobre el «efecto dotación» y profundizando, como en post anteriores, en el libro de Kahneman Pensar rápido pensar despacio.
En este post veremos cómo podemos cometer errores a la hora de valorar objetos.
¿Crees que las personas asignamos un valor objetivo a las cosas?
La respuesta es: no.
La teoría económica clásica defiende que las personas somos seres «racionales». Esto hace que no pueda explicar, por ejemplo, por qué un gran número de personas pueden comprar una entrada para un concierto si tiene un precio entre 200€ y 500€ pero no están dispuestas a vendérsela a otra persona, cuando se han agotado las entradas, por 2.000€, aunque esto sea mucho más de lo que estaban dispuestas a pagar por ella.
Para poder entender este comportamiento tenemos que buscar explicación en el «efecto de dotación» y en cómo la «aversión a la pérdida» nos condiciona.
El «efecto dotación» es un sesgo cognitivo por el que las personas atribuimos más valor a las cosas únicamente por el hecho de poseerlas.
La mayoría de las personas damos más valor a los objetos si estos nos pertenecen que cuando pertenecen a otra persona.
El «efecto dotación» se suele producir cuando vendemos algo que tiene un cierto valor sentimental; rara vez se muestra en casos de comercio rutinario.
Este efecto se muestra típicamente de dos maneras:
- En un paradigma de valoración, las personas tendemos a pagar más para retener algo de nuestra propiedad que para obtener algo que no nos pertenece.
- En un paradigma de intercambio, las personas somos reacias a cambiar algo nuestro por otro bien de valor similar.
Te recomiendo que prestes atención a este «efecto dotación». Este sesgo tiene un impacto muy significativo en nuestra toma de decisiones a la hora de realizar compraventas.
Estas malas decisiones vienen como consecuencia de confundir el «valor subjetivo» de las cosas con su «valor objetivo» y con el hecho de que nos cuesta desprendernos de las cosas que sentimos como nuestras y con las que tenemos algún tipo de vínculo afectivo.
Creo que este «efecto dotación» puede aparecer también con otras cosas además de con los objetos materiales. Pienso que podemos ser demasiado testarudos y perder nuestro tiempo, dinero y energía si no sabemos abandonar a tiempo nuestros proyectos porque, de alguna manera, les «hemos cogido cariño».
Sea en el ámbito que sea, nos encontramos —una vez más—con que para tomar buenas decisiones hay que tener en cuenta la información relevante y, aunque en ocasiones es difícil, debemos ser conscientes de que «el apego» puede ser el responsable de nuestras malas decisiones.
Espero que este post te haya resultado útil y quiero aprovechar para mandarte todo mi cariño en estos días en los que es tan importante ser solidario. #YoMeQuedoEnCasa