#ConfíaEnTusDecisiones: Alerta, historia a la vista!

Sabemos que siempre hay múltiples historias para cualquier acontecimiento y una historia que damos por cierta.

«Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo.” Jean-Paul Sartre

Según profundizo en la lectura del libro «Pensar rápido, pensar despacio», voy tomando más conciencia de cómo nuestros sesgos contaminan nuestros pensamientos. Parece muy probable que nuestras decisiones intuitivas sean habitualmente chapuceras y pretenciosas.

Me llama la atención la falta de sentido crítico del ser humano y nuestra capacidad para, incluso después de encontrarnos con nuestros propios errores, ser capaces de «defender» de forma coherente los motivos de nuestras decisiones.

Somos expertos en contarnos historias convincentes para nosotros mismos y solemos aceptar con poca resistencia las historias que otros nos cuentan.

El motivo es que las personas intentamos dar sentido al mundo y las historias nos ayudan a hacerlo. Gracias a las historias creamos opiniones, interpretamos nuestro presente y podemos hacer extrapolaciones a futuro.

Kahneman nos dice que, si un relato es suficientemente persuasivo, crea una ilusión de certeza e inevitabilidad.

También comparte con nosotros los ingredientes que debe tener una historia para que sea convincente:

  • Que sea simple
  • Más concreta que abstracta
  • Que otorgue mayor significación al talento, a la estupidez y a las intenciones que, al azar.
  • Y, por último, que se centre en unos pocos acontecimientos llamativos que sucedieron, más que en otras incontables cosas que no llegaron a suceder.

Nassim Taleb, autor de «El cisne negro», sugiere que los humanos constantemente nos engañamos construyendo explicaciones endebles del pasado que creemos verdaderas.

Todos interpretamos los comportamientos de las personas y nos contamos historias capaces de explicar las intenciones de dichos comportamientos.

Somos expertos en construir historias y especialmente buenos cuando nuestro conocimiento es escaso. Somos crédulos como niños frente a las buenas historias.

Así que somos capaces de montar una buena historia que nos explique el presente, el pasado y el futuro y, si tenemos pocas piezas de información, más fácil nos resultará construirlas. Además, por si esto fuera poco, como veíamos en otro post anterior, tendemos a ignorar con comodidad aquello que no sabemos.

Somos también tremendamente indulgentes con nosotros mismos y si en un momento dado sucede algo que no hemos previsto, inmediatamente ajustamos nuestra visión del mundo y lo interpretamos de manera que nuestra historia siga teniendo sentido para nosotros mismos.
Por eso, mi consejo de esta semana es que, cuando tengas que tomar una decisión relevante, trates de buscar información contrastada que contradiga la historia que te estás contando a ti mismo y pide que te aporten datos y no te cuenten historias.

1 comentario

Los comentarios están cerrados.