En el calendario debemos organizar la información y los recordatorios asociados a días y momentos concretos.
«Es que la verdad no se puede exagerar. En la verdad no puede haber matices. En la semi-verdad o en la mentira, muchos» Pío Baroja
Desde mi punto de vista, un principio efectivo fundamental es la sinceridad.
Sí, la sinceridad:
- Frente al significado que tienen las cosas para nosotros
- Sobre si tenemos o no el compromiso de hacer algo respecto a cualquier asunto
- También, importantísimo, a la hora de apuntar la información y los recordatorios en nuestro calendario o agenda.
¿Qué implicaciones tiene la sinceridad en el uso de nuestro calendario o agenda?
Si somos personas sinceras a la hora de escribir la información y los recordatorios en nuestro calendario, dejaremos de escribir en él todo aquello que no queremos que se nos olvide, pero que podemos hacer o ver en cualquier momento.
Las personas sinceras nunca introducen información falsa en su calendario.
¿Qué información apuntamos en el calendario cuando somos personas sinceras?
- Aquellas que tenemos que realizar en una fecha concreta, independientemente de la hora.
Ejemplo: Llamar a mi hermano para felicitarle por su cumpleaños el 26 agosto.
- Aquellas que de manera objetiva hay que realizar en un momento determinado, es decir, en un día y a una hora concreta.
Ejemplo: Reunión con Patricia López el 12/10/2020 de 12:30 a 13:30
- Aquella información que nos será útil ver o tener a mano en una fecha concreta.
Ejemplo: El 14 de mayo empieza plazo para presentar mi declaración de hacienda.
El calendario, o la agenda (¡ojo!, no confundir con la categoría agenda de GTD), es una categoría organizativa importantísima para la gestión efectiva de nuestra vida y, como el resto de las categorías organizativas, debe contener únicamente elementos de una misma naturaleza.
En nuestro calendario deben aparecer esas citas inamovibles, aquellas acciones que debemos completar en una fecha o momento concretos, esos asuntos a los que podríamos llegar tarde o los compromisos que hemos adquirido con alguna persona y que hemos acordado realizar en un momento determinado.
Como seguro que has escuchado más de una vez, un principio fundamental de la organización es agrupar los elementos en función de su significado, evitando mezclar en un mismo sitio cosas que significan cosas distintas (o tener cosas con un mismo significado repartidas por varios sitios distintos).
Por lo tanto, si quieres que tu calendario esté organizado, es una mala práctica mezclar recordatorios asociados a fechas verdaderas con recordatorios asociados a fechas falsas.
Si quieres ser una persona efectiva, deja de mentirle a tu «calendario» y así evitaras empezar el día contándote mentiras.