GTD® nos proporciona sensación de control gracias al enfoque horizontal y el vertical.
Alvin Toffler, “hay que pensar en las grandes cosas mientras se hacen las pequeñas para que éstas vayan en la dirección correcta”.
Nos dice David Allen que tenemos que controlar los compromisos, proyectos y acciones de dos maneras: horizontal y verticalmente.
Con GTD podemos mantener, de una forma muy sencilla y natural, tanto un control horizontal como el enfoque vertical sobre los diferentes aspectos de nuestro trabajo y nuestra vida.
¿Pero qué significa, para mí, esto de tener el control horizontal y el enfoque vertical?
Yo siento que tengo control horizontal cuando soy capaz de prestar atención a aquello que estoy haciendo en cada momento y, además, cuando termino con un tema soy capaz de desplazar mi atención al siguiente con comodidad y rapidez.
Por otra parte, siento que tengo enfoque vertical cuando sé «para qué» estoy haciendo aquello que estoy haciendo y puedo elegir sin dificultad, de entre todas las cosas que podría hacer, qué tiene sentido hacer primero.
Como puedes ver, tanto la administración vertical como la horizontal persiguen los mismos objetivos: sacar las cosas de la mente y hacerlas.
Cuando somos capaces de gestionar nuestras acciones de la forma adecuada, nos sentimos a gusto y dueños de la situación. Cuando tenemos claro «para qué» estamos cumpliendo con nuestros compromisos, alcanzando proyectos y realizando acciones sabremos cual es el mejor camino que seguir.
GTD® es mucho más que un sistema de productividad personal que te ayuda a tener organizados todos esos asuntos de los que te tienes que ocupar en tu ajetreado día. Es un sistema de productividad personal que te ayuda a ir dando pasos en la dirección adecuada para construir el futuro que deseas. ¡Aprovecharlo está en tu mano!