Para tomar buenas decisiones es muy recomendable buscar información y conocimiento experto.
“En la televisión se establece poco a poco la engañosa ilusión de que ver es comprender.” Ignacio Ramonet
¿Sabías que «el riesgo» habla directamente con nuestro «sistema 1» de pensamiento? El tener conocimiento experto nos ayuda a «enfriar» nuestro pensamiento.
Me refiero a que todas esas noticias con las que nos bombardean sobre accidentes, terrorismo, enfermedades y catástrofes llegan directamente a nuestro «yo» más irracional, automático, impulsivo y emocional.
Probablemente recuerdes, si leíste un post anterior de esta serie, que el sesgo de disponibilidad es ese que hace que cometamos errores como consecuencia de la facilidad o dificultad con la que la información llega a nuestra mente.
Es evidente que si nos llegan muchas noticias sobre un determinado tema ese asunto estará más presente en nuestra memoria y tendremos mayor facilidad para disponer de dicha información.
Un ejemplo de esto es que el 80 por ciento de las personas que participaron en un estudio juzgaron que las muertes por accidentes eran más probables que los derrames. En realidad, como sabría un experto, los derrames causan casi el doble de muertes que todos los accidentes juntos.
Como probablemente estés intuyendo, este sesgo hace que todos nosotros seamos fácilmente manipulables. El conocimiento experto nos previene de la manipulación.
Es una realidad que la percepción pública del riesgo, sobre la inmensa mayoría de amenazas, rara vez coincide con la percepción que tiene los expertos sobre el riesgo real de estas amenazas.
El motivo es evidente. Cuenta más información nos llega sobre un determinado asunto más probable es que lo consideremos más relevante y probable.
Nuestra mente padece de una limitación para considerar los pequeños riesgos: o los ignoramos por completo o les damos demasiada importancia. No hay término medio.
Esto es conocido con la expresión «olvido de la probabilidad».
Personalmente, he comprobado cómo me afecta este hecho cuando mis hijas llegan tarde a casa. Mi mente es capaz de imaginar multitud de peligros que mi yo racional no es capaz de mitigar.
Como puedes ver somos muy malos a la hora de obtener, de forma intuitiva, información estadística, y peores aún cuanta más información parcial tenemos. Por este motivo mi recomendación es que, para tomar decisiones, busques datos y conocimiento experto en lugar de fiarte de tus impresiones.