En ocasiones el que decide es tu estado de ánimo.
«De qué nos podemos fiar, si ni siquiera es azul el mar» Arnau Griso, Banderas Blancas
Sigo profundizando, de la mano de Kahneman, en la heurística.
Recordarás que heurística es ese «procedimiento sencillo que nos ayuda a encontrar respuestas adecuadas, aunque a menudo imperfectas, a respuestas difíciles».
Este post tratará sobre «la heurística del estado de ánimo y la felicidad»
Podemos leer en «Pensar rápido, pensar despacio» un experimento curioso, realizado con estudiantes, que nos permite observar como, ante dos preguntas, los resultados cambian en función del orden en el que aparezcan esas preguntas. Podemos ver como se decide en función del estado de ánimo.
Cuando las preguntas se plantean así:
- ¿Se siente muy feliz estos días?
- ¿Cuántas citas tuvo el mes pasado?
No aparece correlación entre ellas. Es decir, l@s estudiantes que afirmaron haber tenido muchas citas no se sentían más felices que los que dijeron haber tenido pocas. En esta ocasión L@s estudiantes demostraron que eran capaces de distinguir la vida sentimental de la vida como un todo.
Por el contrario, cuando el orden de las preguntas es este:
- ¿Cuántas citas tuvo el mes pasado?
- ¿Se siente muy feliz estos días?
Aparece la correlación. El hecho de preguntar a l@s estudiantes por sus citas los llevó a pensar en su vida sentimental y esto hizo que tuvieran una reacción emocional.
L@s estudiantes que tuvieron muchas citas recordaron un aspecto feliz de sus vidas y los que no habían tenido ninguna se sintieron solos y rechazados. Está reacción emocional hizo que los que tuvieron citas respondieran que eran más felices que aquellos que no las habían tenido.
El hecho de que una emoción estuviera todavía presente en sus mentes cuando llegó la pregunta sobre su felicidad influyó en sus respuestas. Se les preguntó si eran felices, y el «Sistema 1» tuvo su pronta respuesta en función del estado de ánimo de ese momento.
Tomar conciencia del hecho de que los estados de ánimo influyen en nuestras decisiones refuerza la importancia de uno de los principios de la efectividad personal: «Enfriar el pensamiento».
Nuestro «Sistema 1» de pensamiento nos empuja a hacer cosas que podríamos dejar sin hacer cuando hay alguna emoción que nos impulsa a hacerla y, por el contrario, dejamos sin hacer otras cosas que podrían estar aportando mucho más valor pero que otra emoción nos lo está impidiendo ¡Esto ocurre, además, sin que seamos realmente conscientes de ello!
Enfriar el pensamiento nos facilita hacer en cada momento aquello que tiene más sentido hacer. Porque «enfriar el pensamiento» significa separar en el tiempo los tres elementos que conducen a la acción:
- Su captura
- El momento de decidir qué hacer con la captura, convirtiéndola en su caso en acción
- La ejecución de la acción
Evita que tus emociones hagan de ti una persona poco efectiva. Decide enfriar el pensamiento y dejaras de hacer cosas inútiles y de forma precipitada.
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
¡Excelente! Muy interesante el ejemplo de las dos preguntas. Cuanto más aprendo sobre el cerebro, más me impresiona lo sugestionables que somos sin darnos cuenta. ¡Qué bueno tomar el control de nuestros pensamientos! (Al menos a un grado aceptable).
Un saludo desde Las Palmas!
Hola Jaír:
Gracias por tu comentario. Parece complicado tomar el control de nuestros pensamientos, pero, ser conscientes de lo que puede estar pasando nos puede ayudar a gestionarlo mejor.
Un abrazo!
Paz