#ConfíaEnTusDecisiones: ¿Es rentable actuar de forma justa?

¿Te has preguntado alguna vez si es rentable actuar de forma justa? ¿Crees que castigamos las injusticias o simplemente las aceptamos y olvidamos?

Para responder a esta cuestión es importante analizar lo que entendemos por justo.

Te propongo que, para empezar, pienses lo que responderías a esta encuesta.

Una ferretería ha estado vendiendo palas para la nieve por 15€. Llega una gran tormenta de nieve, y a la mañana siguiente la ferretería sube el precio a 20€. ¿Cómo calificaría esta acción?
  1. Perfectamente lícita
  2. Aceptable
  3. Injusta
  4. Muy injusta

Si eres como la mayoría de las personas, has optado por la respuesta tres o por la cuatro. El 82% de las personas consideramos injusta o muy injusta esta forma de actuar.

Nos dice Kahneman que las personas, por ejemplo, consideramos injusto que una empresa se aproveche de su poder para rescindir contratos informales con trabajadores o para imponer a sus clientes una pérdida con el fin de incrementar sus beneficios.

Se considera injusto que las empresas impongan pérdidas a sus clientes o a sus trabajadores a menos que no tengan más remedio que hacerlo para proteger sus propios derechos.

Por otro lado, no nos parece injusto que las organizaciones que se encuentran con dificultades actúen de modo egoísta. Además, aunque nos parece más justo que las empresas compartan sus beneficios cuando les va bien no las tachamos de injustas si no los comparten.

Parece que las personas marcamos un punto de referencia a la hora de decidir lo que es justo o injusto, y determinar ese punto de referencia es importante para saber si actuamos de forma justa.

Ahora bien, ¿es lo injusto económicamente relevante? ¿los comerciantes que adoptan políticas injustas respecto a los precios pueden ver cómo sus ventas se reducen? ¿afecta la justicia a la productividad de las organizaciones?

Sí, hoy sabemos que es más rentable actuar de forma justa porque nuestro «Sistema 1» tiende a la búsqueda del castigo cuando percibe injusticias.

Se ha visto que cuando las personas sufrimos, u observamos, comportamientos injustos de un proveedor reducimos nuestras compras futuras a dicho proveedor.

También sabemos que los empresarios que se alejan de las reglas de lo que consideramos justo son penalizados con una baja productividad.

Los neuro-economistas —científicos que combinan la economía con el estudio del cerebro— han utilizado aparatos de resonancia magnética para examinar los cerebros de personas que demandan castigar a un extraño por haber sido injusto con otro extraño. Las imágenes muestran que el castigo altruista conlleva a un incremento de la actividad en los «centros de placer» del cerebro.

Nos dice Kahneman que la penalización altruista podría muy bien ser el aglutinante que mantiene la cohesión social.

Por el contrario, parece que nuestro cerebro no está diseñado para premiar la generosidad con tanta determinación como para castigar la mezquindad. Una vez más vemos cómo lo malo es más fuerte que lo bueno.

Mi recomendación de esta semana es que trates de actuar de forma justa— además de porque creo que es más humano— porque es más rentable y afecta positivamente a la productividad.

2 comentarios

  1. Magnífico post Paz!

    Además, la justicia es la más importante de las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza) ya que es de la que derivan las otras tres.

    Yo las tengo en todo lo alto de mi sistema, junto al propósito, como los principios rectores que deben guiar mis decisiones y, por ende, mis actos.

    Un saludo!

    1. Muchas gracias, Francisco.
      Me parece una gran idea! Tener como principios Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza es sin duda una fantástica «brújula» para guiar nuestra vida.
      Un abrazo!
      Paz

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