Decidir no ser vago supone ir contra nuestra naturaleza.
La pereza está profundamente arraigada en nuestra naturaleza y la ley del mínimo esfuerzo rige nuestra actividad tanto mental como física. Parece que el ser humano es vago por naturaleza
Kahneman nos dice que: “si hay varias formas de lograr el mismo objetivo, el individuo gravitará finalmente hacia la pauta de acción menos exigente. En la economía de la acción, el esfuerzo es un coste, y la adquisición de habilidad viene determinada por el balance de costes y beneficios.”
A lo largo de la evolución, nuestro cerebro ha ido diseñando y perfeccionando un sofisticado sistema de asignación de la atención entre nuestro «sistema 1» y nuestro «sistema 2» para comportarse de una forma eficiente.
- Nuestro «sistema 1» asigna prioridad a las acciones de autoprotección y toma el control en las emergencias. Es el que, por ejemplo, nos permite actuar rápidamente, incluso antes de ser plenamente conscientes, cuando nuestro coche patina en la carretera.
- Nuestro «sistema 2» se encarga de realizar los procesos que requieren esfuerzo y actos de autocontrol. Es el único que puede seguir reglas, comparar objetos en varios de sus atributos y hacer elecciones deliberadas entre opciones. Es el que, por ejemplo, nos permite resolver el resultado de 358+986.
Probablemente sabrás que cuando adquirimos habilidades para realizar una tarea mental, la demanda de energía disminuye, pero ¿sabías que nuestras pupilas se dilatan cuando nuestro «sistema 2» está trabajando?
Las pupilas son un indicador de nuestro consumo de energía mental. Incluso, dependiendo de la dilatación, podemos saber si estamos haciendo un esfuerzo mental grande o pequeño.
El hecho de saber que nuestras pupilas indican nuestro consumo de energía mental nos permite comprobar que pasar de una tarea a otra requiere esfuerzo, especialmente cuando el tiempo apremia.
Este hecho me lleva a hacerte dos recomendaciones si quieres ser eficiente con tu consumo de energía mental:
1- Cuando realices acciones que requieren esfuerzo intelectual, evita la multitarea. En realidad, nunca haces dos cosas «de las del sistema 2» a la vez, sino que tu cerebro pasa de una a otra haciendo un sobreesfuerzo cada vez cambia de actividad.
2- Siempre que sea posible, empieza y termina cualquier actividad en un solo periodo de tiempo. Gastas menos energía mental que si dejas las tareas a medias y vuelves sobre ellas posteriormente.
Como tu cerebro sabe, pensar es un despilfarro de energía, por eso piensa todo lo necesario, pero no más de lo imprescindible.
La pereza está profundamente arraigada en nuestra naturaleza y la ley del mínimo esfuerzo rige nuestra actividad tanto mental como física.
Como tu cerebro sabe, pensar es un despilfarro de energía, por eso piensa todo lo necesario, pero no más de lo imprescindible.