#VidaSinEstrés: Y sin gestión del tiempo

La efectividad nada tiene que ver con la gestión del tiempo.

Son múltiples las ideas erróneas que se escuchan en relación con la efectividad personal.

Yo diría que el más habitual es responsabilizar a «la falta de tiempo» de que no se hagan las cosas.

En contra de lo que muchas personas creen, la falta de tiempo no es el principal problema que tenemos para poder conseguir hacer nuestras tareas. El principal problema es que no tenemos claridad sobre ellas. Dicho de otra manera, las cosas rara vez se atascan por falta de tiempo, se atascan porque no se ha decidido en qué consiste «hacerlas».

La clave para administrar todas las cosas está en gestionar nuestras acciones. Para conseguir que las cosas se hagan es básico:

  1. Definir qué significa «hecho»
  2. Pensar y decidir qué acción física y visible hay que ejecutar para que cada asunto avance.

Pero pensar que la falta de tiempo es el principal problema no es el único error. Hay otras tres «frases hechas» que encierran falsas creencias en relación con nuestra efectividad personal. Seguro que en alguna ocasión has escuchado a alguien decir:

  1. Tengo que aprender a gestionar mi tiempo. Esto es un error porque no podemos gestionar el tiempo. No podemos administrar cinco minutos para que acaben siendo seis.
  2. Vivimos angustiados a causa de tanta información. Falso. El exceso de información no es el responsable de nuestro estrés, si lo fuera sufriríamos ansiedad cada vez que entramos en una biblioteca o abriremos nuestro navegador.
  3. Tengo que aprender a gestionar mis prioridades. Este es otro error. Es importante aceptar que las prioridades se tienen, no se administran ni se gestionan.

Desde mi punto de vista, lo más perjudicial de estas ideas erróneas es que hacen referencia a cosas que escapan a nuestro control.

Frente a estas ideas que se centran en elementos sobre los que no podemos hacer nada, existen determinadas habilidades que sí están bajo nuestro control y que podemos entrenar para ser más productivos.

Todos podemos:

  1. Pensar mejor, es decir de forma más efectiva.
  2. Conseguir alcanzar nuestros resultados con mayor sensación de control y más relajados.
  3. Minimizar los cabos sueltos tanto en nuestra vida personal como profesional
  4. Conseguir hacer más con menos esfuerzo
  5. Tomar decisiones y crear un procedimiento adecuado al trabajo del conocimiento al que nos enfrentamos.

Hay una competencia transversal clave para los trabajadores del conocimiento del siglo XXI. Esa competencia transversal clave es la efectividad y está en nuestra mano desarrollarla.
Creo que una buena forma de empezar a desarrollar tu efectividad es dejar atrás las excusas y empezar a hacer cosas. Y tú, ¿qué piensas?

4 comentarios

  1. Hola Paz,

    Me ha gustado mucho el post, claro y al grano. Enhorabuena. Y además, me ha hecho reflexionar bastante.
    Me ha llamado mucho la atención esta frase: “Tengo que aprender a gestionar mis prioridades. Este es otro error. Es importante aceptar que las prioridades se tienen, no se administran ni se gestionan”
    Entiendo que “las prioridades se tienen”, pero para llevarlas del ámbito de las ideas/pensamiento a la realidad/ejecución, necesitamos gestionar o administrar, al menos, la atención y la energía que le dedicamos a las distintas actividades…
    ¿Tienes algún otro post tratando este tema? Es muy interesante. Saludos!

  2. Muchas gracias, Pablo:

    Qué alegría saber de ti!

    Para llevar las prioridades al mundo real están los proyectos y para alcanzar proyectos están las siguientes acciones.

    GTD es control + perspectiva. Precisamente de eso hablo en mi próximo post.

    Un fuerte abrazo!!!

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