El valor de una meta es ahora.
A día de hoy tengo la convicción de que hacer planes de futuro tiene que ver más con el presente que con el futuro. El único momento en el que podemos hacer que nuestra vida sea lo que queremos que sea es ahora. En el presente. Solamente en el presente es cuando podemos actuar, o no, en sintonía con lo que deseamos para nosotros y para nuestra vida.
Es importante, además, ser consciente de que la mayoría de nuestros problemas de hoy son consecuencia de nuestras decisiones de ayer y, por lo tanto, si queremos vivir el futuro que deseamos, debemos tomar buenas decisiones hoy.
Para tomar las decisiones adecuadas en el presente, es necesario pararse a pensar qué es lo que se quiere hacer con la vida; qué se desea conseguir en cada una de las áreas de atención; qué objetivos se quieren lograr y qué resultados se tratan de alcanzar con los proyectos.
Tomar distancia para visualizar los grandes asuntos nos permite «sintonizar» nuestras decisiones para poder armonizar los pequeños detalles con nuestros grandes objetivos. Alvin Toffler decía que debemos pensar en las cuestiones importantes mientras estamos resolviendo las cosas pequeñas, de modo que todas las cosas pequeñas vayan en la dirección correcta.
Además, en mi experiencia, cuando decides en lo pequeño «con intención», y teniendo presentes tus objetivos a largo y medio plazo, se desencadenan múltiples efectos colaterales, que también resultan ir en la dirección correcta.
En definitiva, tener perspectiva no es para hacer «castillos en el aire», sino para estar centrados en todo momento en el presente, en las cosas que dependen de nosotros, en observar las tendencias, ver las posibilidades que van surgiendo y prestar la atención adecuada a cada detalle.