Las personas sabemos que los planes cambian.
Recientemente he escrito sobre dos beneficios que, desde mi punto de vista, son consecuencia de desarrollar los hábitos asociados al modelo de «seis niveles de perspectiva» de GTD®, además de los comportamientos necesarios para llevar a cabo los «cinco pasos» de la parte de control de la metodología.
El primero de estos beneficios es que nos ayuda a ser capaces de encontrar soluciones creativas. El segundo es que facilita que nos sintamos los principales partícipes en la creación de nuestra vida. Junto a ellos, posiblemente el beneficio más evidente es que nos permite aprovechar mejor nuestra realidad VUCA.
Es probable que hayas leído o escuchado que, quieras o no, vives en un entorno VUCA, es decir, en un entorno «volátil, incierto, cambiante y ambiguo». Si conoces la metodología GTD, ya sabes que GTD te proporciona una manera efectiva de lidiar con este nuevo tipo de entorno.
Una consecuencia de vivir en un entorno incierto, es que habitualmente nos encontramos en circunstancias distintas a las que pensábamos que nos íbamos a encontrar. Frente a este hecho podemos quejarnos o, más inteligente, intentar sacarle el mayor provecho posible.
Hoy en día es habitual que tengamos que cambiar nuestras rutinas de forma inesperada. Cambian los planes, aparecen y desaparecen compromisos en nuestra agenda, las cosas llevan más o menos tiempo del que pensábamos o un encuentro casual nos hace llegar tarde a nuestra próxima cita… y, frente a esta realidad, los hábitos asociados al modelo de «seis niveles de perspectiva» nos facilita adaptarnos a cualquier situación, ya que nos permiten:
- Ganar claridad sobre «para qué» hacemos las cosas y cuáles son nuestros valores centrales
- Pensar estratégicamente en posibilidades y alternativas que posibiliten construir lo que queremos en el medio y largo plazo.
- Saber los objetivos que queremos alcanzar
- Conocer las áreas de nuestra vida y nuestro trabajo a las que queremos prestar atención y que son relevantes para nosotros
- Contar con un listado que contiene todos los proyectos que queremos alcanzar en menos de un año
- Tener a la vista nuestras listas de siguientes acciones
En mi experiencia, para poder sacarle partido a las situaciones inesperadas, es especialmente útil tener claridad sobre el «para qué hago yo las cosas», así como tener una visión nítida sobre lo que quiero en relación a las diferentes áreas, o aspectos relevantes, de mi vida. Cuando sé para qué hago las cosas, me resulta fácil encontrar formas alternativas que me permiten conseguir ese mismo propósito. Tener claridad sobre mis compromisos y aspiraciones relativas a las distintas áreas de enfoque, me abre un abanico de posibilidades tremendamente útil, cuando me cambian los planes, de cara a aprovechar las nuevas circunstancias.
Está claro que vivimos en un entorno VUCA y no podemos evitar que nos cambien los planes, pero sí podemos estar preparados para aprovechar al máximo cualquier situación inesperada.